El Ecce Homo de Borja y el Ecce Chapum de Mar del Sud
publicado por Pablo Grigera
El ECCE HOMO (“He aquí el Hombre”, su traducción del latín), es una pintura de escaso valor artístico realizada hacia 1930 en los muros del Santuario de Misericordia de Borja, Provincia de Zaragoza, España, por el pintor español Elías García Martínez.
Su devoción por la Virgen de la Misericordia llevó al artista a realizar esta obra utilizando la técnica del óleo sobre un muro, sin imprimación previa alguna, por lo que el paso del tiempo aceleró rápidamente su deterioro.
A partir de estos hechos se inicia en el año 2012 su “restauración” a cargo de Cecilia Giménez, una octogenaria aficionada a la pintura, y cuya mala intervención profesional traspasará los límites del pequeño poblado español, convirtiéndose en un suceso mundial y transformando a su autora y a la obra, en una celebridad.
http://www.theguardian.com/world/2012/aug/24/spain-europe-news
En estos últimos tiempos observamos con estupor las tareas de “restauración” del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud y el reemplazo de su cubierta, que originariamente era de pizarra y de la cual sobrevivía luego de más de 120 años todo su frente, por una nueva de chapas trapezoidales color y que en nada condicen con su estilo y características originales. De allí la denominación grigerística, ECCE CHAPUM (“He aquí la chapa….”)
¿Qué fue lo que determinó que sus actuales hacedores desistieran de recuperar su cubierta original? ¿Están al tanto las autoridades del municipio del tamaño atentado al Patrimonio de General Alvarado que estas tareas implican? ¿Cuáles son los interesen que se ocultan detrás de esta obra, que a más de un año de iniciadas las tareas carece de cartel de obra y se desconocen los alcances de las mismas?
Archivo Pablo Grigera. 2015
La cubierta del Hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud ha sufrido durante toda su historia los embates de un clima riguroso. Proyectada para un clima muy diferente al nuestro, su diseño debe explicarse en relación a los criterios proyectuales empleados en la época donde era habitual que, a la pureza de su estilo, se le agregaran elementos prestigiosos propios de otras arquitecturas.
El deterioro de la cubierta a través del tiempo siempre priorizó el mantenimiento intacto de su frente, por lo que los faldones laterales y su contrafrente fueron reemplazados, a lo largo del tiempo, por cubiertas de chapa acanalada y plegada, reservando algunas de sus pizarras para el arreglo del frente principal.
¿Pero hubiese podido ser restaurada su mansarda?
Si. Los conocimientos profesionales actuales permiten la recuperación de estas estructuras respetando los criterios constructivos y los materiales de antaño, cosa que en el caso del Hotel Boulevard Atlántico se han obviado por completo, desmantelando la histórica cubierta y reemplazándola por una nueva que en nada condice con sus características técnicas y materiales originales.
Existen numerosísimos ejemplos en nuestro país de edificios en los que estas tareas se han realizado con calidad por especialistas idóneos que hubiesen podido, en el caso del hotel, rescatar su cubierta en base a criterios profesionales de intervención, completando las pizarras faltantes, zinguerías y crestería y así restaurar dicho frente, que debió ser respetado, en detrimento de este “reciclaje noventoso” en que se han convertido las obras del hotel.
“La restauración debe dirigirse al restablecimiento de la unidad potencial de la obra de arte, siempre que esto sea posible sin cometer falsificación histórica o artística, y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra de arte a través del tiempo.”
Se han perdido así definitivamente formas de construir y materiales propios del siglo XIX que debieron ser respetados.
Ya no basta justificar la falta de criterio de sus actuantes en relación a los costos que implica su “restauración", eligiendo siempre la solución más económica en detrimento de lo que debe ser la intervención del hotel; los resultados están a la vista. Mientras, las autoridades municipales del Partido de General Alvarado siguen mirando para otro lado y el hotel sigue llorando sus pérdidas, día a día, sin que nadie se digne a poner un freno a esta situación
Esperemos que al igual que el ECCE HOMO de Borja, las obras no sigan convirtiendo a sus hacedores en “celebridades de verano”, ni que sean empleados, al igual que a la octogenaria pintora, como íconos burlones, que escondan en insólitos argumentos la falta de criterio y capacidad para actuar sobre obras del valor patrimonial del hotel Boulevard Atlántico de Mar del Sud.
Archivo Pablo Grigera.2014
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